jueves, 28 de junio de 2012

He llegado a la conclusión que algunos de ustedes son inventos míos.

Espacios



El espacio que antes ocupabas ha sido llenado por cosas.
En el hueco que dejaste, empezaron a nacer plantas… Enredaderas, sin rumbo claro.
El amor puede cambiarse por letras, por melodías.
El amor puede cambiarse por párrafos, por cartas que no son terminadas, sin destinatario.
En el hueco que dejaste, se pueden ver paisajes, en lugar de tus ojos. A veces pienso en tus ojos, mientras veo paisajes.
Donde estaban tus palabras y donde envasábamos tus silencios, he dejado crecer estrofas…
Me reconcilié con algunas canciones.
Los trazos de tus manos se han borrado.
En el espacio de tu corazón, no hay nada.

Pestañas



Extrañarte ya no tiene nada que ver contigo, ni con Amie.
Hablaría de lo que te llevaste, pero no hiciste sino dejarme todo…
Siempre querías que hiciera el trabajo de los dos, con ternura.
Ojalá pudiera contarte como es extrañarte. Sé que cerrarías los ojos, dejándome hablando sola, con tus pestañas.
¿Será que aún puedo ir por tus pestañas? Nunca decidimos qué iba a hacer el otro, con el que primero muriera.

domingo, 24 de junio de 2012

A ti



Desde que recuerdo, te extraño.
Cómo podría atesorar tu compañía, que es tan pura y tan completa, si eres en mi vida lo que menos he tenido?
Esperar más de diez años por un beso.
Y no morir sin vernos.



viernes, 15 de junio de 2012

Es verdad.



Si tu me quieres, no necesitaré más en la vida.
Le harás un favor a mis colegas, a mis padres, a quienes desean mis bienes, a mi ropa, a lo que sueño, a mis amigos, a mis amores más pequeños, a los espacios que habito y que habitaré. A quienes les pido favores, a mis cuentas, a las hojas y papeles, a mi operador de telefonía celular, a las tintas, a los colores. 
Serán particularmente beneficiados mi reloj, las camas, las tardes de todos los días, los fines de semana que pase en casa, las canciones tristes y las canciones contentas, mis vecinos, el diminuto señor de la cafetería y el único vendedor de jugos en el centro que tiene las manos limpias.
Te lo agradecerán mis zapatos favoritos y los tacones, mi odontólogo, la esteticista, el joven que me corta el pelo, que no veo hace años, los libros que compré y no he leído, la basura cuando sea sacada, los taxistas, el piso bajo mi cama, las perfumerías, los parques, los eventos de la ciudad.
Es verdad. Si tu me quieres, el mundo será mejor.

viernes, 8 de junio de 2012

Mientras tanto,

En la incertidumbre de no saber quién eres, viajo a muchos sitios. Contigo, sin ti.
A veces, voy hasta épocas en las que somos algo. Vamos juntos, vamos felices.
Hay escenas en las que le decimos a algún extraño que nos tome fotos y nos damos besos en puentes.
Otras veces, me veo sin ti, después de "nosotros", con el corazón menos roto de lo que se siente.


La incertidumbre de no saber quien eres, no siempre es cruel.
A veces, puedo hacer de ti uno de esos lapiceros que regalan y siempre están por ahí, entre tus cosas. En ocasiones se los lleva alguien y de alguna forma vuelven a ti. Se les acaba la tinta, dejas de verlos y después de muchos años los encuentras, casi siempre para botarlos en algún arranque de orden y responsabilidad, cuando los pones en la bolsa de cosas que no sirven para nada.


El problema de no saber quién eres, no es el miedo a que me lastimes.
El problema es la esperanza, que no he encontrado como (no quiero) matarla. Esa es la que sonríe y comenta cosas para que te rías y me extrañes.
Es la esperanza quien propicia encuentros y te busca sin permiso. 
Mientras, yo vivo dando vueltas.
Vueltas en la incertidumbre de no saber quién eres.