miércoles, 17 de abril de 2013

Aniversario no celebrado

Ya lleva más de un año Adiós cobardes. Eso me gusta mucho.
Gracias a todos los que pasan o pasaron por mi vida diariamente. Contribuyen o contribuyeron en secreto a clasificar y ordenar en posts esas ideas que con perseverancia me persiguen.
Espero que me sigan persiguiendo y cuando me alcancen, trataré de seguirlas ordenando.
Espero que no llegue el momento en que me toque a mí perseguirlas, pues ser perseguido siempre me ha parecido un poco más bonito.
Mi tranquilidad es que siempre habrá nuevos cobardes a quienes decirles adiós.

Árboles

4 de abril

Los árboles podrían ser una representación de los seres humanos.
Crecen erguidos al cielo (la mayoría), extendiendo sus ramas, como los hombres crecemos proyectándonos hacia el mundo.
Las raíces son responsables de alcanzar la fuente de alimento y están ocultas, bajo tierra, como nuestra inspiración, que es secreta. Nadie sabe qué alimenta el crecimiento personal de cada uno.
Las hojas son el final y los frutos el producto.
Tronco y hojas muestran la madurez del árbol y las hojas caen y vuelven a la tierra para alimentar otros árboles o para estorbar en algunos lugares... A veces el caer de las hojas es romántico, otras veces es molesto, depende del contexto.
En las personas, las hojas son la personalidad (algunos están adornados con flores: unas son más grandes y vistosas, otras más pequeñas y discretas), el resultado de nuestras vivencias, nuestro carácter. Dependiendo del contexto, así asume la sociedad nuestro comportamiento (como con las hojas). En algunos contextos es positivo, en otros se piensa que no aporta mucho y se mira como poco virtuoso.
Nuestras virtudes, como el efecto de las hojas, son relativas. Para algunos, alguien puede ser "cauto" y "paciente", para otros, "temeroso" o "lento".
Y los frutos... Así como los árboles, no todas las personas dan frutos...

Infinidad


Esa cualidad de ciertas cosas de no poder ser completamente entendidas, la llamaré infinidad o capacidad para ser infinitas; pero no en el sentido de la física o las matemáticas. 
Hablo del infinito en relación a poder ser experimentadas, sentidas, vividas, exploradas, sin límites, porque tienen la cualidad de no ser entendidas por completo al añadir a su complejidad el hecho de transformarse, cambiar según el tiempo y el observador, presentarse de muchas maneras… Y digo cualidad porque, cuando entendemos algo, lo dominamos, lo aplicamos, lo usamos, tenemos el control sobre ello, de modo que en algún momento podemos matarlo o cambiarlo a nuestro antojo, lo cual implicaría que podría dejar de existir.

Por eso pienso que le queda bien la palabra infinito a aquello que no comprendemos del todo.
Es infinito el sentir, es infinita la belleza, así como es infinito el amor y es infinito el universo.

lunes, 8 de abril de 2013

Excusas

Hay un impulso extraño en las personas, que es quedarse quietas cuando al rededor hay muchos cambios. En realidad lo pensé principalmente como una excusa, por no haber escrito nada en marzo, luego fue que comenzó a tener sentido... Como esas relaciones que se empiezan en la adolescencia por razones equivocadas, luego empiezas a crecer y como ya estás, por decirlo de alguna forma, envuelto y expuesto, los sentimientos cobran significado y se vuelve una gran experiencia.

He aprendido a escribir con casi cualquier pretexto y en algún lugar leí que eso era bueno... La dificultad llega en la marcha, cuando quieres definirle un rumbo a los textos y te encuentras dos párrafos después, sin idea principal y sin un objetivo que te indique cuando puedas terminar.

Creo que el punto, de todo esto que he dicho y por el cual comencé, es comentarles que estoy en Argentina y que a mi blog no le ha servido de nada.

Parte uno


A veces quieren tapar cosas, echándoles tierra y tierra encima. Tierra y muebles y animales y música y alcohol y drogas, bailes y sexo y más tierra y gente nueva y hobbies y ropa y cambio de look y desahogos escritos o pintados y psicólogos y reflexiones y paisajes y atardeceres y amaneceres y Parque Tayrona y espiritualidad y tiempo en familia…

Pero la pila de cosas se mueve y se agita de tanto en tanto. Se sacude como un perro que quiere evitar ser enterrado por tantas inutilidades de una vida sana. Lo que está abajo se agita, como un perro cuando lo acaban de bañar.

No quería escribir una de esas historias patéticas que solo son historias y nada más. Necesitaba contenido filosófico. Era su oportunidad de tocar mentes. Y ¿para qué? No encontraba ninguna justificación motivante.
La teoría del absurdo llegó y se instaló entre frente y nuca. (¿Rebuscado? Tal vez, pero es mi texto.) Entre frente y nuca se le instaló el sentir absurda la existencia. El verdadero motor actual era conseguir los medios para mantenerse feliz hasta que la muerte llegara y eso iba a hacer. Era su decisión de vida. La más sensata, la más convincente que había encontrado. La única en la que tenía fe.

Era obvio que la falta de amor le estaba afectando. Era obvio, no?

En secreto (¿qué más secreto que hablar con uno mismo y no comentar con nadie lo pensado? ¿Igual cuenta como secreto? ¿Acaso la magia del secreto no radica en la posibilidad de ser descubierto, y si no sale de tu boca esta posibilidad se anula? Poseía un secreto sin magia entonces), sentía que el amor no solucionaría nada. Sería lo mismo, pero con la responsabilidad de los sentimientos de alguien más a cuestas. Y algo más de compañía. (Es bonito, igual)

A lo lejos sentía disparos o explosiones de bombas… En ningún caso le causaban inquietud o lo hacían estremecerse; como si estuviera preparado para la guerra.

Tal vez una guerra es lo que su vida necesita.

Las guerras son momentos muy sinceros en la humanidad. Nadie se preocupa por cosas que no importan. 

Normal

Sales a la calle con la burla encendida.
Te mofas  y te miran, como si nadie supiera la verdad.
Buscas refugio en casas especiales, en las que nunca has entrado.
No sabes, en realidad, si se pueda entrar.
Pasa el tiempo y cuando pierde la gracia, te levantas, recoges tus cosas, buscas el camino, saludas a los vecinos (siempre serio), entras a casa, vives tu vida normal.
Y no vuelves a salir, hasta que encuentras otra cosa de la cual reírte.