jueves, 20 de diciembre de 2012

Tarde


Aún no sé si fue buen negocio cambiarte por el mundo.

Tengo muchos zapatos nuevos, de colores que te gustarían, pero ya no tengo tus pies.

Dormir a media tarde ya no es tan fácil. Aunque no sea domingo, hay un silencio y una brisita tibia, acompañada de luces blancas que me espantan el sueño. Hay ruidos a lo lejos que nunca traen tu voz, porque tu voz ahora es diferente y ya no se deja llevar por brisas, no come de mis palabras dulces o ternuras repentinas, ni llora por mis insensateces.

En el mundo están todos, menos tú; lo que quiere decir que es un mundo a medias.  Al menos tú estabas completo.

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