domingo, 12 de marzo de 2017

Nadaría en sus ojos grandes como peceras redondas



La primera vez

Mi primer recuerdo de él es su cara mirándome
Abiertamente
Por varios segundos que parecieron minutos
Puedo decir que desde que lo conocí
Sus ojos me miran

Las pupilas de ambos se quedaron pegadas al instante
Por una fibra invisible
Tensada
Que cuando dejé de verlo
Siguió sintiéndose ahí

Su fuerza me obligó a volver
Y nunca más he podido irme


El iris

Es de un color que parece resultado de mezclar
Dulce de leche con chocolate
No hay nada negro en él
Debe ser por eso que la pupila se ve tan contrastante
A veces quisiera ser muy pequeña y finita
Para dormirme en su iris
Mientras el contempla el universo


Las pestañas

Son pestañas reinantes en vida
Pestañas príncipes, princesas, preciosas
De un centímetro y medio, aproximadamente, cada una
Arqueadas en perfecta proporción con su longitud
Las de la línea inferior
Son largas y arqueadas también
Hacen que sus ojos parezcan estrellas
Sorprendidas y serenas al mismo tiempo

Aún no conozco los límites de su dulzura


Sus ojos se arquean hacia abajo
En ambos extremos de la cara
Con un aire melancólico
Pero no hay nada triste en ellos
Tampoco son fuente de ninguna alegría exuberante
Simplemente son un espacio en el tiempo
Donde sientes de golpe
Toda la belleza que puede haber en el mundo




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