Dormitaba
bajo un techo de lentejuelas verdes
Era feliz
porque tenía en frente el mar caoba
en unos
ojos grandes
Quisiera que me mirara siempre
Quisiera que me mirara siempre
así se
pasaría con rapidez
el efecto
de novedad que tiene
el primer
día de primavera después de un invierno inclemente
y lo
trataría, como trata la gente
al mar
en las ciudades
del caribe:
como algo agradable que está siempre
como algo agradable que está siempre
presente y
disponible
como un
hogar
que no
causa euforia
ni
sorprende
como un
amor sereno
como algo
más real
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