miércoles, 10 de julio de 2013

Energía

La energía se divide hacia dos corrientes, la práctica y la personal. Lo cual significa que la segunda, a los demás, no les sirve para nada y por el contrario, la primera, a uno mismo, le sirve muy poco.

Parece que siempre tuviéramos muy pocas posibilidades de ganar, en cualquiera que fuera el juego. Como si la existencia, la luz verde que tenemos cuando empieza la vida, estuviera condicionada a la aceptación de una eterna desventaja ante los caprichos cósmicos, la casualidad y la fatalidad: los verdaderos dioses.

Gastamos la energía práctica en la juventud, luchando contra los dioses. Sólo cuando esta tiende a agotarse, descubrimos la energía personal, que más que un arma es un escudo, estructurado con el conocimiento de nuestras fortalezas y virtudes, blindado con la aceptación de nuestros miedos, reforzado con la reivindicación de nuestras debilidades.

Este es el escudo para las travesuras de los verdaderos dioses. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario