viernes, 5 de julio de 2013

Oscuridad

No voy a arrancar dando explicaciones de por qué no escribí en junio.

Hoy se me apareció una revelación más importante, que es la oscuridad. La oscuridad en solitario. No es la que nos acompaña antes de dormir todas las noches o la que nos escondía cuando de niños jugábamos a buscarnos.
La oscuridad  en solitario, cuando se te sale de las manos, es como un visitante sorpresa, al que tienes que atender, porque aprecias y eres una persona amable, sólo que para el caso, el visitante eres tú mismo.
Descubrí el sentir ser visitante de tu propia vida. Llegar de improvisto e inspeccionar que has estado haciendo contigo. En esos momentos, eres el mejor crítico y no se te escapa la más mínima mota de polvo sobre tu conciencia, la mancha más imperceptible sobre tus acciones, ni olvidas el cajón donde escondiste tus intenciones.
Esperas nervioso, como ante todo análisis externo, que pase pronto y te haya ido bien, pues nada peor que decepcionarte a ti mismo.
En caso de existir lo que el eufemismo llama “oportunidades de mejora”, no hay fechas o una programación que determine cuándo sería la revisión. Lo cual, dada nuestra naturaleza, permite olvidar pronto el compromiso adquirido o las falencias encontradas. Vives en general tranquilo, porque la luz es la constante y cómplice distractora de tus jueces. Puede que nada perturbe la inercia de tu vida, mientras haya energía eléctrica y compañía.
Hoy se me fue la luz. Y no toleré no haber escrito nada en junio.

Habrá otras “oportunidades de mejora”, pero nadie quiere decir su nota cuando le fue mal en el examen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario